Hace ya par de temporadas que los Indiana Pacers tienen una ofensiva históricamente buena.
Cuando ellos logran jugar al ritmo que prefieren, son extremadamente difíciles de detener. En estos playoffs, 114 ha sido su número mágico, dado que cuando llegan a esa cifra, todavía no conocen la derrota en esta postemporada.
Una de las grandes preguntas en la antesala al tercer partido era: ¿Podrán los Pacers genuinamente aprovechar los minutos sin Shai Gilgeous-Alexander en cancha? Y vaya que lo hicieron, y personalmente más allá de lo que digan las estadísticas, considero que el armador reserva T.J. McConnell cambió el curso del partido cuando ingreso en el final del primer cuarto.
El Thunder había construido una ventaja de nueve puntos, y se jugaba al ritmo de Oklahoma City. McConnell sólo conoce una velocidad, y nunca negocia la intensidad, y con su empuje no sólo presionó a la defensiva del Thunder, sino que además contagió a sus compañeros.
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