Por: Ramiro Francisco
En términos barriático –que me encanta- más o menos significa, “juzgar a todos de la misma manera, generalizar”. Con lo que decimos o escribimos, hay que tener cuidado, sensatez, tacto y delicadeza en juzgar a la ligera.
No es de extrañar, que ante la publicación del engaño de un médico a un paciente con prueba o sin ella, encontremos por ahí “todos los médicos son iguales. Engañan a sus pacientes”. Los meten a todos en el mismo saco.
Si un abogado es arrestado por falsificar documentos, real o no. Encontraremos por ahí: “todos los abogados son ladrones”. Los meten a todos en el mismo saco.
Si se comprueba que un periodista o comunicador, con nombre y apellido, es llevado a los tribunales por chantajista, extorsionador, pedigüeño, lambón y bocina, leeremos o escucharemos: ”todos los periodistas son iguales” Nos meten a todos en el mismo saco.
Si un sacerdote o pastor evangélico falla, si lo hace un empresario o comerciante, un policía o un militar, es un gravísimo error tildar a todos los sacerdotes, pastores, empresarios, comerciantes, militares y policías, de corruptos, imbéciles y desalmados, al “meterlos a todos en el saco”
Si un maestro es quien comete tal o cual indelicadeza, no es justo, ni correcto escuchar o leer por ahí “a los maestros dominicanos hay que matarlos por sinverguenzas” al “meterlos a todos en el saco”.
Si un dirigente político –de cualquier partido- centro, derecha, izquierda, es apresado y de USA vienen a buscarlo para “viajar gratis” por estar en el tenebroso mundo de las drogas, leeremos después: “todos los malditos políticos son narcos y tienen sus propios carteles” los meten a todos en el mismo saco.
Si un joven o una joven, tiene una “pelada rara” y además, usa tatuajes en sus brazos o piernas, es tildado de “drogadicto, delincuente y pandillero” los meten a todos en el mismo saco.
Desconozco si es muy difícil, quizás hasta imposible decir o escribir: “algunos abogados”, «algunos empresarios y comerciantes», “algunos médicos”, » algunos sacerdote y pastores», “algunos políticos”, “algunos periodistas o comunicadores”, «algunos maestros», a los fines de no “meter a todos en el mismo saco”.
¡Claro! El tiempo ha cambiado, pero aún conservo esos consejos de los viejos maestros, cuando participaba en uno que otro cursito, en el Instituto del Periodismo, de la calle El Conde, en la capital dominicana, hace ya algún tiempo
No me gusta generalizar. Se pueden cometer muchos errores y después en los tribunales hay que pedir perdón o atenerse a las consecuencias.
No es ético ni correcto meter a todo el mundo en el mismo saco.

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